domingo, 15 de noviembre de 2009

Mi confrontación con la docencia

Que tal compañeros, mi nombre es Gabriel López Yescas, les voy a comentar una breve historia de mi persona, relacionada con el origen de mi dedicación como docente. El hecho de dar a conocer a los demás el dominio que tenia en algunas materias relacionadas con las ciencias básicas, inició cuándo cursaba el bachillerato (Generación 90-93), puesto que con compañeros del grupo, nos reuníamos después de terminadas las clases y repasábamos las materias más difíciles, entre ellas matemáticas, esa parte me tocaba exponerla a mí, y me gustaba por lo que mis compañeros me comentaban que me entendían más que al profesor, y yo les decía que solo era un repaso de lo que el profesor ya había explicado y era lógico que le entendieran mejor. Algo similar sucedió en el nivel superior. Tuve la fortuna de prestar mi servicio social en el C. B. T. i. s. No. 31, cuando cursaba el séptimo semestre de mi carrera. Tuve una experiencia muy agradable puesto que me tocó atender a los alumnos irregulares, impartiéndoles cursos de nivelación de matemáticas y física, todo esto con buenos resultados, puesto que la mayoría de los jóvenes acreditaban sus materias reprobadas. Así los profesores de este plantel me fueron conociendo e interesándose más en mi capacidad para la impartición de cursos, puesto que ellos en su momento eran los que evaluaban finalmente a los jóvenes, y créanme que esto me motivo muchísimo y en el momento que se presentó la oportunidad de formar parte de la plantilla del personal me dieron el apoyo.
Actualmente laboro en esta institución, que muchas satisfacciones me a dado, puesto que me ha permitido crecer como persona y además profesionalmente. Recuerdo que me tocó reproducir varios cursos propedéutico a los maestros, para que estos atendieran a los alumnos de nuevo ingreso, ya que esta actividad de enfrentarse a los mismos compañeros de trabajo a muy pocos les agrada, y como personal de nuevo ingreso, no podía decir ¡no!, a las comisiones que me encomendaban, pero me gustaba enfrentarme a nuevos retos. Ahora soy Jefe de Departamento de Servicios Docentes, y me doy cuenta que por falta de conocimientos de pedagogía, cometí muchos errores, cuando inicié impartiendo la materia de dibujo técnico industrial y de matemáticas, puesto que atendía a grupos que venían con conocimientos escasos de la materia. Desde entonces me he preocupado por dar lo mejor de mí.

La aventura de ser maestro

Que tal compañeros, espero que se encuentren bien. Después de leer la lectura “La aventura de ser maestro” del autor José Manuel Esteve, quiero iniciar comentando, que estoy de acuerdo que nadie nos enseña a ser maestros, al igual que a ser padre, hermano o esposo, estos conocimientos pienso, que se van adquiriendo en el transcurso de nuestra vida y trabajo. Y es muy cierto que uno, dentro de una actividad a desarrollar o en nuestra vida cotidiana, la puede pasar muy bien o muy mal, lo que depende de la voluntad que tengamos para hacer las cosas bien. El autor aquí nos indica que para ser un buen maestro debemos elaborar nuestra propia identidad profesional, ser un buen interlocutor, resolver el problema de la disciplina y adaptar los contenidos al nivel del conocimiento de los alumnos, con lo que estoy muy de acuerdo, ya que con esto lograremos nuestro objetivo de ser verdaderamente útil como educadores, logrando hacer pensar y sentir al alumnado, claro que con algo indispensable, que muchas veces olvidamos, por la rutina de nuestro quehacer, me refiero a la importancia que se le dé a la asignatura que impartimos, lo motivado que nos encontremos, propiciando con esto el ansia de saber y una atmósfera de investigación. Creo que nuestra labor se refiere a ayudar al alumno a que descubra y explote sus cualidades que por naturaleza posee, además de ayudarles a comprenderse así mismos y a entender el mundo que les rodea, como lo indica el autor, creando en ellos la inquietud, de descubrir la importancia de lo que van a aprender, porque creo que solo aprendemos cuando nos mueve alguna razón, y para lograr esto también debemos de enganchar lo que ellos ya saben, con los nuevos contenidos.
El autor menciona 4 dificultades, que de alguna u otra forma son comunes en todo profesor: La identidad profesional. Estoy de acuerdo que tenemos que cambiar la mentalidad y aceptar y buscar ayuda si uno tiene problemas en el proceso de la enseñanza, ya que la mayoría de nuestros colegas, que atienden a un grupo en el nivel medio superior, no estudiaron para estar frente a grupo, sino que son químicos farmacobiologos, cirujanos dentistas, por mencionar algunos, y por asares del destino se encuentran laborando en una escuela impartiendo clases. En este sentido estoy muy agradecido con las autoridades federales, por preocuparse por esta situación, de buscar los mecanismos significativos de emprender acciones inmediatas para nuestra formación y actualización, para establecer estrategias que den respuesta a las necesidades de nuestro quehacer. Comunicación e interacción, sabemos que en toda relación es muy importante la comunicación. Creo que es una problemática porque a veces en nuestra labor, cuando estamos frente a grupo, descuidamos lo que podemos y no podemos decir o hacer, por estar concentrados en los contenidos de nuestra materia, y no queremos “perder el tiempo“en buscar y aplicar las técnicas de comunicación grupal. Pienso que lo importante no nada más es lograr que nos escuchen, sino también escuchar y saber plantear las preguntas, para que se logre el flujo de la información. Disciplina, con frecuencia podemos ver el trabajo de nuestros colegas, cuando caemos en los extremos de ser muy estrictos y no permitir que nadie se mueva de su lugar y no haga ningún gesto, o bien de que en nuestro salón de clases sea un total desorden. Como bien el autor comenta, es un problema muy unido a nuestros sentimientos de seguridad y a nuestra propia identidad como profesor, donde el razonamiento y el dialogo son las mejores armas para combatir esta situación. Donde es necesario definir las funciones, delimitar responsabilidades, discutir y negociar los sistemas de trabajo y de evaluación, es decir, organizar la clase para trabajar con orden productivo. Contenidos y niveles, pienso que también en este rubro, podemos caer en los extremos, cuando no adecuamos el nivel para transmitir los contenidos. En primer lugar podemos lograr que el alumno caiga en el aburrimiento, cuando explicamos algo que ellos ya dominan, o bien en segundo lugar, podemos avanzar en nuestra explicación y descuidar el hecho de que los alumnos hayan captado el contenido y dejarlos abandonados conforme se avanza. Pero no perdamos de vista que en un grupo de alumnos, existen diferentes niveles de conocimientos o dominio de un tema, y aquí lo interesante es hacer que los alumnos sientan el deseo de saber, es decir lo importante es ser maestro de humanidad.
El quehacer docente es un trabajo de muchas satisfacciones cuando verdaderamente se le da la debida importancia, ya que se vuelve uno la pieza fundamental, por mantener en nuestra sociedad los valores de la cultura, porque día a día participamos en la formación integral de los elementos de la sociedad, que son los jóvenes, futuro de nuestro país, en los que se deposita, en gran medida, la confianza de progreso. Así que no hay que perder de vista que ellos se vuelven los mejores testigos del trabajo que realizamos, ya que ellos asimilan nuestros mejores logros y también nuestros fracasos.

Los saberes de mis estudiantes

Después de un consenso en los grupos, en las diferentes especialidades que existen en mi plantel, lo más común que nuestros estudiantes saben hacer en Internet, siendo o no de la especialidad de informática, es: Descargar y compartir información (música, videos, imágenes), Crear y publicar páginas Web, Crear e integrar videoconferencias, Chatear, Unirse a foros técnicos y de redes sociales.
La estrategia que construimos con ellos para aprovechar esos saberes en las actividades de aula, son variadas. Primeramente hay que reconocer que, a pesar del gran avance y de la necesidad de conocer y hacer uso adecuado de las nuevas tecnologías, existen partes en todo el mundo que no tienen contacto con estas herramientas, desde luego que aquí nace la necesidad de la retroalimentación entre los mismos alumnos, es decir de la generación de monitores en el aula. Además de crear grupos de estudios y retroalimentarse de conocimientos. Por cada tema, mencionar los aspectos que lo hacen interesante y resolver las dudas con preguntas y respuestas. Apoyándonos en esos conocimientos empíricos que los alumnos poseen, se hacen más fácil desarrollar las clases más dinámicas.
Lo preocupante es dar respuesta a las preguntas ¿quiénes van a enseñar a quiénes?, ¿qué les enseñarán? y ¿dónde lo harán?, puesto que existen docentes que aun no tienen el dominio y conocimiento del uso de nuevas tecnologías, y tienen temor de enfrentarse a esta realidad. Somos sabedores que el profesor no tiene el conocimiento absoluto y como todo ser humano estamos también en un proceso de aprendizaje, eso es lo primero que debemos aceptar, como también aceptar que es una realidad, que nuestra práctica docente tiene que cambiar, es decir la función del maestro cambió; de ser transmisor del conocimiento pasó al papel de mediador entre el contenido y el estudiante. El maestro debe acompañar al alumno durante su proceso de aprendizaje, de modo que el uso de las tecnologías informáticas y de comunicación tendrá que sustentarse pedagógicamente. Se ha señalado la importancia de la mediación pedagógica como condición necesaria, para los nuevos ambientes de aprendizaje. Imposible concebir estos sin un mediador, presencial o virtual. Más aún, la inserción de las TIC a la enseñanza y al aprendizaje se hace con el propósito de favorecer y facilitar la mediación. Solo así los recursos tecnológicos constituyen un medio que contribuye a optimizar la actividad y la comunicación de los maestros con los estudiantes, de estos entre si, y de ellos con el contenido de aprendizaje
Pienso que es necesario la capacitación del personal docente, para que pueda dar una orientación al joven estudiante que posee estos saberes, conjuntamente con lo anterior, creo que en todas las instituciones, se está generando la necesidad de contar con espacios áulicos adecuados y laboratorios y talleres donde puedan desarrollarse de forma eficiente las clases.